Ya sea porque estás estresado, ansioso o con exceso de trabajo, es un sentimiento que está afectando a tu productividad, afecta a tus relaciones y obstaculiza tu capacidad para apreciar el momento. Sin importar tu vida actual, hay algunos comportamientos que está comprobado que pueden ayudar.
Levantarse antes que los demás.
Un aumento en la productividad podría ayudar a tu nivel de estrés? Te sorprendería saber cuánto más puede llevarse a cabo a las 4 de la mañana, cuando todo el mundo está todavía en la cama. Las investigaciones muestran que los madrugadores son más proactivos, un rasgo del carácter que es más proclive a los logros. Los madrugadores tienden a desempeñarse mejor en el trabajo, alcanzan un mayor éxito de la carrera, y consiguen salarios más altos que las personas que empiezan su día más tarde.
Ejercicio todos los días.
Innumerables estudios demuestran los grandes beneficios que tiene en la salud el hacer ejercicio, incluyendo una reciente investigación en la que se encontró que el fortalecimiento de los músculos libera enzimas que producen una sustancia llamada quinurenina, un subproducto del estrés y la inflamación. Odias el esfuerzo físico? Engáñate a ti mismo haciéndolo como multitarea. Ve en bicicleta con un amigo y cultiva esa relación mientras te pones en forma. Nada a primera hora en el gimnasio, haciendo necesaria tu ducha de la mañana. Haz flexiones de pared en los minutos que esperas una llamada para empezar una conferencia.
Consulta el correo electrónico con menos frecuencia.
En un reciente estudio se pidió a 124 personas que limitaran la comprobación de su correo electrónico a tres veces al día durante una semana o que entraran en sus bandejas de entrada con la mayor frecuencia posible. Encontraron que los que resistieron la tentación de ver sus mensajes dijeron haberse sentido menos estresados que aquellos que lo comprobaban todo el tiempo.
Olvida el pensamiento ilusorio e intenta el contraste mental.
Según el profesor experto en estrés. Gabriele Oettingen, el pensamiento positivo no es todo lo que es tan bueno como pretende ser. Ella dice que, si bien concebir aquello que se desea que llegue a buen término puede hacerte sentir mejor, en realidad es contraproducente, ya que es menos probable que hagas un esfuerzo determinado para hacer el deseo realidad. Por otra parte, insistir en sus problemas y retos no es útil tampoco. En cambio, sugiere una herramienta de contraste mental llamada WOOP (Wish, Outcome, Obstacle, Plan) siglas que se traducen como Deseo, Resultado, Obstáculo, Plan. Para hacerlo, cierra los ojos e imagínate que tu deseo se hace realidad durante unos minutos. Entonces, imagina el principal obstáculo que está en el camino del resultado que quieres. Por último, predice la acción qué harías si se presentara dicha barrera. «En un estudio de profesionales de la salud, se encontró que los que usaron WOOP estaban mucho más comprometidos con su trabajo y menos estresados que los miembros de un grupo de control,» dice Oettingen.
Consumir más ácidos grasos omega-3.
Numerosos estudios han relacionado el estrés crónico con la inflamación, que puede ser perjudicial para el cuerpo. La buena noticia es que el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 como el pescado, semillas de lino o algunas verduras pueden reducir la inflamación. El omega-3 hace tu sistema más adaptable al estrés.
Practica la atención plena.
Centrarse en el presente en lugar de revivir el pasado o preocuparse por el futuro, esto se ha demostrado que reduce el estrés y mejora el rendimiento. Mientras que la mayoría de profesionales sugiere a menudo simplemente concentrarse en la respiración como una buena manera de hacerlo, una investigación realizada ha encontrado que en realidad contar tus respiraciones es una buena manera de medir la atención. En un estudio con más de 400 personas, se pidió a los participantes contar nueve respiraciones mientras apretaban una tecla del ordenador por cada respiración y una tecla diferente para el último aliento en cada secuencia, una actividad que requiere mayor nivel de conciencia sobre la respiración. Los investigadores encontraron una correlación entre el estado de ánimo positivo y contar las respiraciones de manera precisa.
Abrazar a alguien todos los días.
Según diversos estudios recientes se ha encontrado que el apoyo social percibido por los abrazos protege a las personas de los efectos de aquello susceptible de inducir al estrés.
Hacer nuevos amigos.
Últimos estudios demuestran que las personas que se sienten solas pueden sentirse amenazadas y tienen un mayor riesgo de muerte. Sin embargo, otros estudios también se han llevado a cabo sobre las maneras más eficaces de hacer amigos en la edad adulta. Tanto si se está tomando algún tipo de clase o de manera habitual pasar el rato en el mismo lugar al mismo tiempo, si la gente se acostumbra a ver una cara, es más probable que le guste. La autenticidad también funciona, así sea sincero acerca de sus sentimientos. Estas investigaciones han encontrado que el aumento gradual del calado de preguntas y respuestas entre extraños puede hacer nacer amistades en menos de una hora. Por ejemplo, comenzar con una pregunta inocua como pedirle a alguien la última vez que hicieron algo hasta llegar a preguntas más significativas, por ejemplo, cómo manejaría una situación difícil.
Desconectar.
Varios investigadores han encontrado una asociación entre el aumento de los niveles de estrés y comprobar constantemente un smartphone. Aunque en principio te puedes sentir estresado desconectando de sus dispositivos y estando lejos de tu ordenador, nunca te sentirás mejor y más en paz que después de unos días sin acceso a internet ni teléfono móvil.
Dormir más.
Las personas bajo estrés a menudo tienen problemas con esto, pero es importante comprobar tu higiene del sueño. Además de abstenerse de sustancias químicas como el alcohol y la cafeína, no ver la televisión o leer cualquier tipo de pantalla de LED antes de acostarse. Algunos estudios han hallado que la luz azul, la longitud de onda emitida por los smartphones o tabletas interrumpen el reloj interno del cuerpo que puede hacer más difícil para alguien conciliar el sueño.