tratamiento para dejar el alcoholismo

Estrés y consumo de alcohol

El estrés, como sabemos, es la respuesta psicológica, fisiológica y/o emocional que presenta una persona ante las presiones que sufre en su vida cotidiana. No tienen que ser presiones negativas, sino que una situación positiva que implique por ejemplo algún cambio, puede hacer sufrir estrés a una persona.

Las situaciones altamente estresantes para una persona pueden provocar graves efectos en su salud, tanto a nivel físico, como emocional y cognitivo. Muchas veces los hábitos saludables de alimentación y deporte se ven trastocados drásticamente. El consumo de alcohol en estas situaciones puede verse incrementado.

Muchas personas consumen alcohol porque sus efectos hacen que en enfrentamiento a esas situaciones de estrés sea más llevadera. Uno de los efectos del alcohol es que provoca que las personas puedan evadirse de la realidad durante su consumo. Por esta creencia, es por lo que muchas personas que sufren estrés en sus vidas recurren al consumo de alcohol como una salida o un modo de sobrellevarlo. Sin embargo, el alcohol es una de las drogas que más adicción produce, y su condición legal incrementa sus posibilidades de consumo entre la población.

Existen diversos tipos de consumo que se pueden tener, y es importante conocer en cuál nos encontramos si sufrimos esta situación:

  • Experimental: es por lo general el primer tipo de consumo que tenemos frente a las drogas, es decir, se trata de un patrón que todos seguimos. Se caracteriza por ser un consumo limitado en tiempo, y tras ese tiempo no se vuelve a probar.
  • Ocasional o intermitente: en este tipo de consumo, es la persona la que decide qué tipo de droga y cuándo. El problema es que si este tipo de consumo se da con frecuencia, la persona puede desarrollar una drogodependencia.
  • Habitual o diario: es el que puede adoptarse para sobrellevar el estrés diario. No sólo para enfrentarse a él, sino para mantener un rendimiento (en estos casos es más frecuente el uso de otras drogas diferentes al alcohol como puede ser la cocaína).
  • Compulsivo: se trata de un consumo muy intenso, produciéndose varias veces al día. Es frecuente en consumidores que no son capaces de enfrentar los problemas más básicos de la vida. Por lo que este tipo de consumo es muy frecuente en personas que sufren estrés diario. Incluso pueden aparecer signos de síndrome de abstinencia si se deja de consumir.
  • Sobredosis: se da cuando se superan los límites de consumo diario en una dosis intolerable para el cuerpo de la persona. Provoca efectos imprevisibles tanto en el comportamiento como en el organismo del consumidor.

A partir del consumo habitual o diario es cuando se puede tener un problema con el alcohol, sobre todo si no nos damos cuenta ni tenemos a nadie a nuestro alrededor que nos aconseje o nos ayude a afrontar el problema del estrés de una forma más sana para nosotros y nuestros seres queridos.

A continuación os presentamos algunos consejos para afrontar la situación del consumo de alcohol excesivo. Los pasos son:

  1. Primeramente hay que darse cuenta que uno mismo es el que tiene el control completo de su vida. Cada uno controla su comportamiento como desea.
  2. Es necesario hacerse una promesa de dejar el alcohol. Lo más importante es que se haya tomado la decisión de para el consumo, pues a partir de ese momento se puede trazar un plan para tener éxito.
  3. Sería aconsejable pedir ayuda a los seres queridos. Su apoyo es una gran herramienta para dejar el alcohol.
  4. La ayuda de los médicos es también recomendable. Ellos sabrán pautas y consejos que se pueden seguir para tener éxito en el objetivo de dejar el acohol.
  5. Una ayuda extra, de profesionales del ámbito, que podrán ayudar a través de un tratamiento para el alcoholismo. Es un tratamiento muy profesional y con experiencia en otros pacientes.

Lo más recomendable es afrontar el estrés diario de una forma diferente que recurriendo a las drogas, sobre todo al alcohol. Como hemos dicho, somos dueños de nuestro propio comportamiento y de cómo afrontar las situaciones del día a día, por lo que un actitud positiva es fundamental para nuestra salud.